martes, 27 de noviembre de 2018

Consulta popular “Monarquía o República”: ¡Hagamos historia!

Por Rosa García
(represaliada por el franquismo, milita en La Comuna)
El pasado 19 de noviembre se cumplían 85 años de la primera vez que las mujeres ejercieron su derecho al voto en España y aprovechando esa efeméride se presentó, en el Teatro del Barrio de Madrid, la campaña de la Consulta popular “Monarquía o República” que se va a realizar en más de 20 universidades y 50 barrios y pueblos[1].
El derecho al voto femenino, pionero respecto de otros países europeos como Francia, se recogía en la Constitución republicana de 1931, pero tras arduas deliberaciones en el Congreso donde destacó la decisiva y valiente defensa que hizo Clara Campoamor se hizo efectivo. El artículo 36 del Título III de la Constitución republicana establecía los mismos derechos electorales para todos los españoles mayores de 23 años, de uno u otro sexo, pero la concesión del voto femenino fue objeto de varias enmiendas en las que se ponía en tela de juicio la idoneidad de conceder ese derecho a las mujeres alegando motivos puramente machistas. El 1 de octubre de 1931 fue aprobado el voto femenino por 161 votos a favor, 121 en contra y 188 abstenciones.

miércoles, 21 de noviembre de 2018

Apoyo a la huelga de Amazon

Desde el Colectivo Anticapitalista de Burgos queremos enviar nuestro apoyo militante a las y los trabajadores en lucha de Amazon que han convocado una serie de huelgas y paros tanto para el Black Friday como durante las  navidades.

Exigimos a la empresa el respeto a las condiciones laborales de las trabajadoras y el mantenimiento del convenio actual. Creemos,por otro lado,que la única vía efectiva para garantizar nuestros derechos como trabajadores es la lucha unitaria y la solidaridad de clase.

lunes, 19 de noviembre de 2018

"Chalecos amarillos y transición ecológica: contrapropuesta de izquierda al 'ecologismo' neoliberal'

Sobre el movimiento de gilets jaunes (chalecos amarillos) en Francia, en lucha desde el sábado pasado contra la hipócrita y clasista política fiscal de Macron, que pretende cargar sus supuestas medidas de transición ecológica sobre los hombros de los sectores populares, mientras altas fortunas y multinacionales continúan riéndose del esfuerzo de la clase trabajadora a través del fraude y la ingeniería fiscales.

Transición ecológica: las contrapropuestas de 8 organizaciones de izquierda

A dos días de la gran movilización anunciada por el movimiento de los “chalecos amarillos”. Ocho organizaciones políticas de izquierda y ecologistas acusan al gobierno de ser el responsable de la “cólera masiva” generada por la subida del precio de los carburantes.

En una declaración conjunta firmada, entre otros, por el NPA o el PCF, denuncian como el gobierno “pro-ricos” de Macron y su escandalosa política de injusticia fiscal, diseñada a la medida de las grandes fortunas y financiada por los sectores populares a través de sucesivas políticas de recortes, es responsable de la indignación popular contra el IVA y la nueva tasa a los carburantes, pues son impuestos que penalizan fundamentalmente a aquellos sectores de la clase trabajadora, las paradas y la juventud que, al vivir en zonas alejadas del centro de las ciudades, se ven obligadas a utilizar el coche para desplazarse ante la inexistencia de un plan alternativo de promoción de la utilización del transporte público colectivo.

miércoles, 14 de noviembre de 2018

IMAGINA BURGOS: ¿qué Imagina para el nuevo período?



Desde el Colectivo Anticapitalista de Burgos queremos compartir algunas conclusiones y propuestas alcanzadas por nuestra organización, tras el proceso de debate sobre Imagina Burgos.

Nos mueve en ello un afán constructivo, por esta razón entendemos necesaria la apertura de un proceso de debate y balance asambleario al interior de IB del que poder extraer conclusiones y perspectivas colectivas de cara al nuevo período.


Balance de IB y algunas perspectivas

Aun reconociendo los logros conseguidos durante estos apenas 3 años de actividad política unitaria, consideramos que el deslizamiento progresivo de IB hacia una opción excesivamente pragmática, es decir, institucionalista pura (antes y después del transfuguismo) ha desgastado su base social-activa y con ello su arraigo entre los sectores populares.

Creemos indispensable en este sentido que IB sepa re-orientar sus esfuerzos, acción y discurso más allá de lo específicamente institucional entendido como “propuesta a pleno” sin mayor recorrido.

martes, 13 de noviembre de 2018

Acerca del aniversario del fin de la I Guerra Mundial:El militarismo imperialista convierte en oro la sangre del pueblo: ¡No a las Guerras!

Durante este  fin de semana pasado se han sucedido conmemoraciones en todo el mundo sobre  el fin de la Primera Guerra Mundial.

En el coro de hipócritas reunido en Paris han compartido tribuna los criminales de hoy, los Macron,  las Merkel y los Trump junto a los serviles lacayos de los poderosos.

Sus sistemas capitalistas e intereses depredadoramente competitivos, alimentaron el afán de conquista y la industria bélica durante la Gran Guerra y la Segunda Guerra Mundial. Y juntos actualmente, nutren  la guerra globalizada del siglo XXI y la desertización que llena el planeta de refugiad@s y de cadáveres.

Nuestros principios anticapitalistas contra las guerras siguen encontrando sus bases en el manifiesto internacionalista del congreso revolucionario de Zimmerwal. Redactado  en septiembre de 1915 por León Trotsky, lo traemos al presente publicándolo aquí:






"¡Proletarios de Europa!

¡Hace más de un año que dura la guerra! Millones de cadáveres cubren los campos de batalla. Millones de hombres quedaran mutilados para el resto de sus días.Europa se ha convertido en un gigantesco matadero de hombres. Toda la civilización, creada por el trabajo de muchas generaciones está condenada a la destrucción. La barbarie más salvaje celebra hoy su triunfo sobre todo aquello que hasta la fecha constituía el orgullo de la humanidad.

Cualesquiera que sean los principales responsables directos del desencadenamiento de esta guerra, una cosa es cierta: la guerra que ha provocado todo este caos es producto del imperialismo. Esta guerra ha surgido de la voluntad de las clases capitalistas de cada nación de vivir de la explotación del trabajo humano y de las riquezas naturales del planeta. De tal manera que las naciones económicamente atrasadas o políticamente débiles caen bajo el yugo de las grandes potencias que, con esta guerra, intentan rehacer el mapa del mundo, a sangre y fuego, de acuerdo con sus intereses explotadores. Es así como naciones y países enteros como Bélgica, Polonia, los estados de los Balcanes y Armenia corren el riesgo de ser anexionados en todo o en parte por el simple juego de las compensaciones.

Los objetivos de la guerra aparecen en toda su desnudez a medida que los acontecimientos se desarrollan. Pieza a pieza, caen los velos que han ocultado a la conciencia de los pueblos el significado de esta catástrofe mundial.

Los capitalistas de todos los países, que acuñan con la sangre de los pueblos la moneda roja de los beneficios de guerra, afirman que la guerra va a servir para la defensa de la patria, de la democracia y de la liberación de los pueblos oprimidos. MientenLa verdad es que, de hecho, ellos entierran bajo los hogares destruidos, la libertad de sus propios pueblos al mismo tiempo que la independencia de las demás naciones. Lo que va a resultar de la guerra van a ser nuevas cadenas y nuevas cargas y es el proletariado de todos los países, vencedores o vencidos el que tendrá que soportarlas.

"Incremento del bienestar", dijeron, al declararse la guerra.
Miseria y privaciones, desempleo y aumento del coste la vida, enfermedades y epidemias, son los verdaderos resultados de la guerra. Por décadas los gastos de guerra absorberán lo mejor de las fuerzas de los pueblos comprometiendo la conquista de mejoras sociales y dificultando todo progreso.

Colapso de la civilización, depresión económica, reacción política; estos son los beneficiarios de este terrible conflicto de pueblos. La guerra revela así el verdadero carácter del capitalismo moderno que se ha revelado incompatible no sólo con los intereses de las clases trabajadoras sino también con las condiciones elementales de existencia de la comunidad humana.
Las instituciones del régimen capitalista que disponían de la suerte de los pueblos, los gobiernos -monárquicos o republicanos- la diplomacia secreta, las poderosas organizaciones patronales, los partidos burgueses, la prensa capitalista y la Iglesia: sobre todas ellas pesa la responsabilidad de esta guerra nacida de un orden social que los nutre, que ellos defienden y que no sirve más que a sus intereses.

¡Trabajadores!
Vosotros, ayer explotados, desposeídos, despreciados habéis sido llamados hermanos y camaradas cuando ha llegado la hora de enviaros a la masacre y a la muerte. Y hoy que el militarismo os ha mutilado, destrozado, humillado, aplastado, las clases dominantes y los poderosos reclaman de vosotros además la abdicación de vuestros intereses y la renuncia a vuestros ideales, en una palabra, una sumisión de esclavos a la paz social. Os arrebatan la posibilidad de expresar vuestras opiniones, vuestros sentimientos, vuestros sufrimientos. Os prohíben formular vuestras reivindicaciones y defenderlas. La prensa controlada, las libertades y los derechos políticos pisoteados: es el reinado de la dictadura militarista con puño de hierro.

Nosotros no podemos ni debemos permanecer inactivos ante esta situación que amenaza el porvenir de Europa y la Humanidad.
Durante muchos años el proletariado socialista ha encabezado la lucha contra el militarismo; con una creciente aprensión sus representantes se preocuparon en sus congresos nacionales e internacionales del peligro de guerra que el imperialismo hacía paso a paso más amenazante. En Stuttgart, en Copenhague, en Basilea, los congresos socialistas internacionales trazaron la vía que debía seguir el proletariado.

No obstante, partidos socialistas y organizaciones obreras de varios países, pese a haber contribuido en su día a la elaboración de estas decisiones, han olvidado y repudiado desde el comienzo de la guerra las obligaciones que les imponían. Sus representantes y dirigentes han llamado e inducido a los trabajadores a abandonar la lucha de clases, el único medio posible y eficaz para la emancipación proletaria. Han votado con sus clases dirigentes los presupuestos de guerra; se han colocado a la disposición de sus gobiernos para prestarles los más diversos servicios; han intentado a través de su prensa y sus enviados ganar a los neutrales a la política de sus gobiernos respectivos; han incorporado a los gobiernos "ministros socialistas" como rehenes para la preservación de la "Unión Sagrada" y para ello han aceptado ante la clase obrera compartir con las clases dirigentes las responsabilidades actuales y futuras de esta guerra, de sus objetivos y de sus métodos. Y de la misma manera que ha ocurrido con los partidos separadamente, el más alto organismo de las organizaciones socialistas de todos los países, la Oficina Socialista Internacional, también ha fallado y faltado a sus obligaciones.
Estas con las causas que explican que la clase obrera que no había sucumbido al pánico nacional del primer periodo de la guerra o que poco después se había liberado de él, no haya encontrado aún en el segundo año de la matanza de pueblos los medios para emprender en todos los países una lucha activa y simultanea por la paz.


En esta situación intolerable, nosotros, representantes de partidos socialistas, de sindicatos y de minorías de estas organizaciones; alemanes, franceses, italianos, rusos, polacos, letones, rumanos, búlgaros, suecos, noruegos, suizos, holandeses, nosotros que no nos situamos en el terreno de la solidaridad nacional con nuestros exploradores, sino que permanecemos fieles a la solidaridad internacional del proletariado y a la lucha de clases, nos hemos reunido aquí para reanudar los lazos rotos de las relaciones internacionales, para llamar a la clase obrera a recobrar la conciencia de sí misma y situarla en la lucha por la paz.

Esta lucha es la lucha por la libertad, por la fraternidad de los pueblos, por el socialismo. Hay que emprender esta lucha por la paz, por la paz sin anexiones ni indemnizaciones de guerra. Pero una paz así no es posible más que con la condición de condenar todo proyecto de violación de derechos y de libertades de los pueblos. Esa paz no debe conducir ni a la ocupación de países enteros ni a las anexiones parciales. Nada de anexiones, ni reconocidas ni ocultas y mucho menos aún subordinaciones económicas que, en razón de la perdida de autonomía política que entrañan, resultan todavía más intolerables si cabe. El derecho de los pueblos a disponer de ellos mismos debe ser el fundamento inquebrantable en el orden de las relaciones de nación a nación.

¡Trabajadores!.
Desde que la guerra se desencadenó habéis puesto todas vuestras fuerzas, todo vuestro valor y vuestra capacidad de aguante al servicio de las clases poseedoras para mataros los unos a los otros. Hoy en día es precisa que, permaneciendo sobre el terreno de la lucha de clases irreductible, actuéis en beneficio de vuestra propia causa por los fines sagrados del socialismo, por la emancipación de los pueblos oprimidos y de las clases esclavizadas.
Es el deber y la tarea de los socialistas de los estados beligerantes desarrollar esta lucha con toda su energía. Es el deber y la tarea de los socialistas de los Estados neutrales ayudar a sus hermanos, por todos los medios, en esta lucha contra la barbarie sanguinaria.
Jamás en la historia del mundo ha habido tarea más urgente, más elevada, más noble; su cumplimiento debe ser nuestra obra común. Ningún sacrificio es demasiado grande, ninguna carga demasiada pesada para conseguir este objetivo: el restablecimiento de la paz entre los pueblos.
Obreros y obreras, padres y madres, viudas y huérfanos, heridos y mutilados, a todos vosotros que estáis sufriendo la guerra y por la guerra, nosotros os decimos: Por encima de las fronteras, por encima de los campos de batalla, por encima de los campos y las ciudades devastadas. ¡Proletarios de todos los países, uníos!

Zimmerwald, septiembre de 1915

Por la delegación alemana: Georg Ledebour, Adolf Hoffmann.
Por la delegación francesa: A. Bourderon, A. Merrheim.
Por la delegación italiana: G. E. Modigliani, Constantino Lazzari.
Por la delegación rusa: N. Lenin, Paul Axelrod, M. Bobrov.
Por la delegación polaca: St. Lapinski, A .Varski, Cz. Hanecki.
En nombre de la delegación rumana: C. Racovski;
En nombre de la delegación búlgara:VassilKolarov.
Por la delegación sueca y noruega: Z. H?glund, Ture Nerman.
Por la delegación holandesa: H. RolandHolst.
Por la delegación suiza: Robert Grimm, Charles Naine.


Redactado: Por Leon Trotsky, para la Conferencia de Zimmerwald, el 8 de Septiembre de 1915
Fuente de esta edición al Catellano: http://ghescuela.blogspot.com.ar/2011/04/i-guerra-mundial-v-manifiesto-de.html.
Digitalización para el MIA.org: Daniel Gaido.
HTML: Rodrigo Cisterna, 2014

jueves, 1 de noviembre de 2018

La herencia que nos dejó el Franquismo












Fuente: www.laicismo.org

Hablar de Franco, de la distancia de los años que hay entre su muerte y la actualidad es decir poco, porque todo no ha muerto con él. Hay un poso denso que el Franquismo dejó sobre las mentalidades; sedimento que habla con frecuencia, aunque las palabras que digan los políticos sean diferentes. Son los poderosos de siempre; las mismas dinastías que ponen, quitan y mueven las piezas de ajedrez a su antojo, sin que el Estado de Derecho les mueva de sus feudos. Algunos son baluartes consolidados en el Franquismo que miran la historia con sorna. Otros son herederos del OPUS; esa doctrina que se adueñó de la enseñanza para educar a generaciones futuras; lo hicieron bien. Nos recuerdan que ellos no cesan en su empeño, que España son ellos y que los demás, o se pliegan a sus designios o serán pastos de la ira y de las mentiras; ellos siguen manejando los resortes del poder. La Educación debe ser como ellos la entienden y la Unidad de España como ellos la inventaron.

Memorialismo antifranquista y republicano más allá del Pirineo

Por Acacio Puig No podía ser de otro modo porque la gesta que constituyó la Guerra de España fue el gran aldabonazo que en la década de ...