Madrid, 5 de octubre de 2018
Señora Ministra:
¿Hasta dónde tiene que llegar el desafío de los mandos militares y policiales franquistas para que un
estado que presume de democrático reaccione? ¿No le da a usted vergüenza?
El comisario del distrito madrileño de Ciudad Lineal ha tenido la santa desfachatez de invitar al
torturador González Pacheco (alias “Billy el Niño”) a celebrar en su comisaría el patrón de la
Policía Nacional, según se ha publicado hoy en algunos medios de comunicación, con foto incluida.
Ante la denuncia de los hechos formulada por representantes de Podemos e Izquierda Unida,
Grande-Marlaska, ministro de Justicia, ha terminado anunciando la apertura de una investigación al
respecto. No sin que antes la ministra portavoz del Gobierno, Celaá, hiciera exhibición de
tragaderas con un exabrupto digno del dúo Casado-Rivera: el tal Pacheco es un ciudadano libre y
puede acudir allá donde le inviten, ha afirmado.
Señora Celaá, por esas palabras debería usted dimitir a continuación o a la par del comisario
Mariscal de Gante. Tiene usted un déficit de cultura y sensibilidad democrática tal que le incapacita
para ejercer un puesto de tanto relieve en un gobierno que se pretende democrático.
Porque el primer problema es, precisamente, que González Pacheco sea un ciudadano libre, cuando
la gran mayoría de la población lo considera un torturador, empezando por el propio presidente del
gobierno que anunció a bombo y platillo la retirada de las medallas y sobresueldos con que le
premiaron en la dictadura y en la democracia. Para que siga libre, el conjunto de poderes del Estado
han tenido que sumar esfuerzos para construir el muro que blinda la impunidad de sus crímenes y
de otros tantos torturadores franquistas.
Cuando la jueza Servini emitió una orden de extradición, para tomarle declaración como imputado
por crímenes de tortura en la Querella Argentina, la Audiencia Nacional impidió la misma,
quebrantando así un principio básico de la Justicia Universal según el cual, ante crímenes de lesa
humanidad, los Estados están obligados a extraditar o juzgar en su país.
Además, ocho de las nueve querellas presentadas en distintos Juzgados de Madrid contra González
Pacheco no han sido admitidas a trámite y están pendientes de recurso, hecho que denunció
vehementemente, durante su reciente visita a Madrid, Fabián Salvioli relator del Comité de
Derechos Humanos de Naciones Unidas, que es el órgano creado por el Pacto de derechos civiles y
políticos para interpretar la aplicación de ese tratado a la legislación de cada país, y del que España
forma parte.
Por último, hace pocos meses, el Congreso de Diputados, el PP, Ciudadanos y PSOE impidieron
con sus votos que prosperara una Proposición de Ley para modificar la Ley de Amnistía de 1977,
que dejó impunes dichos crímenes franquistas, y que habría facilitado llevar ante la justicia a Billy
el Niño, y a otros torturadores.
Así las cosas, las víctimas de este criminal no sólo llevamos aguantando su impunidad, prebendas y
medallas durante decenios, sino que ahora parece que tenemos también que pagarle con nuestros
impuestos, a él y a sus compinches, los homenajes y cuchipandas.
Porque, Señora ministra, el otro problema es saber por qué y quién invita a un torturador a celebrar
la fiesta de la policía, cuando la policía y las comisarías son parte del aparato del estado y, como tal,
debieran estar al servicio de la ciudadanía en un Estado de derecho; si esos aparatos
gubernamentales se utilizan para ensalzar el crimen y su impunidad, han de rodar necesariamente
cabezas. En caso contrario, usted y todo su gobierno son simplemente cómplices de una fechoría
antidemocrática.
Para su información, tal vez le interese saber que el comisario que ha invitado al torturador es hijo
de Jaime Mariscal de Gante, conocido juez del infausto Tribunal de Orden Público, el mismo que
condenaba aplicando la legislación franquista a los que previamente habíamos sido interrogados por
éste. Y este juez, además, fue previamente comisario de la Brigada Político Social; vamos, que
puede decirse que fue torturador antes que fraile.
Las víctimas de este torturador esperamos que, esta vez sí, la investigación y depuración de
responsabilidades por esta afrenta sean un hecho.
Acabar con la impunidad de los criminales del franquismo es el primer paso para avanzar en una
democracia que aún no se ha desprendido en sus instituciones de los restos de una dictadura que
debería haber purgado en la transición y que debería ser, finalmente, regenerada en nuestro sistema
democrático.
Empezamos a contar las horas hasta que la portavoz del gobierno se retracte de sus disparatadas
palabras justificando al comisario de Ciudad Lineal y éste sea cesado.
La Comuna, asociación de presxs y represaliadxs del franquismo.
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