miércoles, 13 de noviembre de 2019

SOBRE EL GOBIERNO DE COALICIÓN PSOE-UP

Declaración del Colectivo Anticapitalista de Burgos

Fracasada la estrategia del PSOE de abocarnos a una repetición electoral para reforzar su bloque parlamentario y gobernar en solitario o con el apoyo de Ciudadanos, y descartada también la opción de una abstención del PP por la presión de VOX a su derecha, Pedro Sánchez se ha visto obligado a negociar un gobierno de coalición con Unidas Podemos, con quien finalmente ha firmado este martes un preacuerdo en ese sentido.


A la espera de conocer los detalles referentes a la estructura del nuevo gobierno, desde el Colectivo Anticapitalista de Burgos queremos compartir contigo nuestro análisis de este hecho y avanzar algunos ejes de acción para el nuevo escenario:

Un preacuerdo de subordinación al social-liberalismo del PSOE


El preacuerdo firmado por los líderes del PSOE y UP renuncia a situar en el centro de la acción de gobierno toda una serie de demandas básicas: no se derogarán las reformas laborales regresivas ni se darán los pasos necesarios para reducir la jornada laboral, sin rebaja de sueldo, y así compartir el trabajo y luchar contra el paro y la precariedad; no se intervendrá el mercado del alquiler ni se prohibirán los desahucios; no se nacionalizarán los sectores energéticos estratégicos para combatir (y no subsidiar) la pobreza energética; no se derogará la ley mordaza; no se garantizará una solución para Catalunya que pase por un reconocimiento de su derecho de autodeterminación, no se amnistiará a sus presxs políticxs ni se permitirá retornar con garantías jurídicas a sus exiliadxs.


En definitiva, Unidas Podemos entra a formar parte de un gobierno de coalición asumiendo, en lo fundamental, el programa social-liberal del PSOE y los límites estructurales impuestos por los capitalistas y el unionismo español.

Lo decíamos en anteriores declaraciones: para este viaje no hacían falta alforjas.


La culminación del proceso de integración de Podemos en el régimen del 78


Con este preacuerdo de gobierno de coalición con el PSOE, Unidas Podemos abandona definitivamente toda perspectiva impugnadora y constituyente.


El surgimiento de Podemos en 2014 generó muchas ilusiones. Muchos compañeros y compañeras procedentes de las luchas y movimientos sociales y de distintas organizaciones de la izquierda anticapitalista, dedicaron sus esfuerzos más honestos a la construcción de una herramienta capaz de construir contra-poder y levantar las demandas de las clases populares frente a los ataques de los capitalistas y la crisis del régimen del 78.

Desde entonces, su imparable proceso de integración al régimen, con culmen en este preacuerdo, ha dilapidado todo su potencial político. Es más, en la práctica y en términos generales, podemos decir que Podemos, y con él todo el denominado espacio del “cambio”, lejos de catalizar las luchas sociales ha coadyuvado a su reflujo.


Podemos es hoy un partido homologable (por la izquierda) al resto de partidos del régimen. Un partido jerárquico y burocrático que ha adaptado sus expectativas a los límites estructurales impuestos por la Constitución. Este preacuerdo de gobierno de coalición rubrica su definitiva subordinación, ideológica y práctica, al régimen del 78, convirtiéndose en su apéndice de izquierda y contribuyendo a su regeneración y a la estabilidad del sistema en su conjunto.

La estrategia se ha demostrado errónea, toca extraer conclusiones, pero por sobre todo es momento de tomar decisiones audaces.


Allanando el camino a las derechas reaccionarias


El abandono definitivo del espacio de la impugnación por parte de UP, permite a la extrema derecha ocupar en solitario (sí, espuriamente, lo sabemos, pero en la práctica y en la conciencia de cientos de miles de personas) el campo del antagonismo. Esto y no la abstención o el voto nulo es lo que alimenta el auge de VOX. Más si cabe, si tenemos en cuenta que hablamos de una coalición de gobierno con un PSOE que, como el de Zapatero en 2011, difícilmente asumirá un verdadero compromiso con los derechos sociales y las demandas de los sectores populares.

Se viene una recesión y con ella un reforzamiento de las presiones de las élites capitalistas para imponer nuevos planes de recortes. Muchas de las reformas sociales, siquiera cosméticas como es previsible lo sean en una coalición de gobierno que tiene al PSOE como partido dominante, serán postergadas o directamente abandonadas, endureciendo las contradicciones entre las bases de UP. De la frustración que todo este proceso genere en la conciencia de miles de militantxs honestxs y millones de trabajadorxs desengañadxs con relación a una salida de izquierda, impugnadora y constituyente, a sus problemas, pueden nacer la apatía, el descreimiento y la desmovilización que allanen el terreno a una nueva contra-ofensiva reaccionaria.


Y entonces, ¿qué hacemos?


Desde el Colectivo Anticapitalista de Burgos nos reiteramos en el enfoque planteado en nuestro anterior comunicado: urge construir, mediante labores de convergencia, apoyo mutuo y debate fraterno y constructivo, un polo de izquierda anticapitalista con capacidad de intervenir unitariamente en todo el Estado, levantar un programa constituyente y enfrentar los planes de recortes que traerá consigo la próxima recesión.

Un polo de izquierda apoyado, por ejemplo, en los más de 244.754 votos rupturistas de la CUP, la inestimable experiencia de Anticapitalistas y el dinamismo de cientos de activistas, organizaciones y movimientos sociales descontentos con la deriva actual.


Por supuesto, como pequeño Colectivo político de ámbito local no está en nuestra mano liderar una iniciativa de esta envergadura, pero apoyaremos con honestidad, lealtad y esfuerzo militante cualquier movimiento en este sentido.

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