Entrevista a Antea Izquierdo

Antea Izquierdo es una persona muy conocida y valorada en nuestra ciudad. Activista de la PAH y de la Asamblea Feminista de Burgos, militante del Colectivo Anticapitalista, dió el salto al Ayuntamiento como concejala de Imagina Burgos y desde la institución trató de llevar a cabo la misma política de izquierdas coherente, valiente e intransigente con las desigualdades que ya llevaba años desarrollando en las calles y las luchas sociales.

Entrevistamos a nuestra compañera, desde hace pocos días ya ex-concejala, para que nos dé unas pinceladas acerca de las vicisitudes que han rodeado su experiencia y el cargo que ostentó.

Antea, eres una conocida activista social, ¿cómo diste el paso de saltar al terreno institucional?

Hace cuatro años las candidaturas municipalistas dieron un golpe fuerte en las instituciones, generaron mucha ilusión y parecía que se abría una oportunidad de participar en un espacio que hasta entonces le había sido vetado a la clase trabajadora. En ese contexto, a mitad de legislatura con la dimisión de un concejal se da la posibilidad de ser yo quien entre al ayuntamiento, aún sabiendo que la institución no es nuestro espacio natural como activistas y siendo conscientes de las dificultades de estar ahí dentro tras varios debates dentro de mi organización política (en ese momento Izquierda Anticapitalista Revolucionaria IZAR, hoy el Colectivo Anticapitalista de Burgos) decidimos que podría ser una experiencia positiva para conocer desde dentro la maquinaria y para intentar ser un (humilde) altavoz de las diferentes luchas de la ciudad.

¿Qué diferencias anotas entre ambos espacios políticos, conociendo todxs que tu espacio más cómodo era el terreno social? 

La prioridad esta en la concienciación y la movilización en las calles y en los centros de trabajo, para mi la institución la hemos de tomar con cierta distancia, creo que a de ser un espacio que utilizar para llevar el discurso, para defender los derechos de la clase trabajadora, las mujeres y la juventud, pero para mi nunca puede estar al mismo nivel que el activismo de base o la lucha sindical.

¿Cómo valorarías la institución local y tu paso por ella?

Creo que de nada sirve formar parte de la institución si no hay movimiento que le de sentido, solo es útil si somos capaces de vehicular las demandas sociales y forzar una mejora desde dentro y creo que eso es posible en algunos casos, pero en otros muchos no y cuando entras en la instituciones tienes que ser capaz de ver los limites que tiene, lidiar con ellos y no dejarte arrastrar, porque en la lucha no hay atajos y estar dentro no significa que puedas cambiar nada, solo que tienes margen de maniobra en un espacio más.

Yo he intentado hacerlo con todas las dificultades que conlleva y valoro positivamente que se hayan abierto ciertos debates públicamente, como fue el caso de los jóvenes de Altsasu, o que un cargo público mostrará un apoyo sin fisuras a la lucha que esta llevando a cabo el pueblo catalán.

¿Qué tipo de organización política consideras que es necesaria en el momento actual? 

Es mas necesario que nunca una organización revolucionaria, que busque la unidad de las luchas señalando la raíz de todas las opresiones con un discurso anticapitalista y antipatriarcal.

Ahora la eterna pregunta aún no respondida satisfactoriamente desde la izquierda revolucionaria:¿Cómo se puede vincular la lucha en la calle y los centros de trabajo con el trabajo en las diferentes instituciones?

Como decía antes, lo más importante es tener claro cuales son las prioridades y saber que todo cambio en la historia ha venido por la lucha y la autoorganización de las trabajadoras y desde ahí ver cual es la mejor forma de llegar a más en todos los espacios, siendo la institución un espacio más en el que trabajar sobre las bases que se marcan de las luchas.

Por ejemplo se puede forzar a que la institución se posicione en los conflictos en los centros de trabajo, ahora mismo tenemos el ejemplo claro de las trabajadoras de Jardines que están luchando porque no se las ha pagado todo lo que las corresponde y por la readmisión de dos compañeras, ahí el ayuntamiento tiene una responsabilidad y puede y debe exigir que esa situación se solucione.

Vimos también el ejemplo en las trabajadoras de ayuda a domicilio que tras varias huelgas y una presión constante se consiguió mejorar sus condiciones laborales añadiendo parte de sus reivindicaciones en los pliegos que saca el ayuntamiento a la hora de externalizar este servicio.

Pero más allá de esto que son servicios públicos externalizados, sabemos que cualquier empresa tiene algún vinculo con el Ayuntamiento; por ello la institución podría posicionarse en las luchas sindicales y ejercer presión sobre las empresas, puede ser una herramienta más en ese sentido, por desgracia lo que hemos vivido hasta ahora ha sido lo contrario, también tenemos reciente el ejemplo de Campofrio que tras el incendio de la fabrica recibió ayudas municipales mientras muchos trabajadores y trabajadoras sufrieron despidos o bajadas de salario.

¿Cómo gestionas haber sido objeto de tantos ataques por parte de la extrema derecha y otros adversarios políticos?

Los ataques personales para desprestigiar las ideas políticas que se defienden es una estrategia muy antigua de los poderosos, en este caso no ha sido distinto y creo que la única forma de responder a eso es seguir defiendo las ideas de manera colectiva y cada día con más fuerza si cabe, porque es lo único que importa, si ese respaldo existe vamos avanzando.

Gestionar ataques del Diario de Burgos, del PP o de Vox es sencillo porque me importa poco lo que piensen los burgueses que defienden a toda costa sus intereses económicos, ahora bien en esta etapa también he debido hacer frente también a ataques y descalificaciones de sectores de activistas  de Burgos a los que, a pesar de ello, sigo considerando próximos  -porque creo que defienden, como  yo misma, un  horizonte de emancipación social integral.

Por otro lado aparte de los ataques, he recibido mucho apoyo por parte de diversas personas y organizaciones de todo el estado que han reafirmado constantemente durante estos dos años una idea que desde el feminismo es clave y es que el cuidado entre nosotras, entre las activistas, entre nuestra clase es la base de todo y lo que sostiene las ideas del mundo que queremos construir.

¿Qué valoración haces de los recientes resultados electorales? 

Sin caer en el idealismo a las elecciones y sabiendo que un voto cada cuatro años no tiene por qué representar el sentir político mayoritario, creo que estos últimos resultados a nivel municipal muestran un panorama de dificultad para la izquierda, para la lucha y en general para los derechos y libertades de la clase trabajadora.

Vemos como el PSOE ha ganado votos mostrándose como una alternativa "de izquierdas" en un escenario de derechización de los discursos y nutriéndose como el resto de grandes partidos de los resultados de las generales.

El hecho de que la extrema derecha que representa Vox entre en el Ayuntamiento -aunque tan solo con dos concejales, las sumas les sitúan en una posición clave para pactar con Ciudadanos y el Partido Popular- me parece peligroso tanto por las políticas que pueden impulsar como porque los medios de comunicación pueden dar más peso a su discurso xenófobo y machista.

Y desde luego, da rabia y lastima que Imagina Burgos se haya quedado fuera del panorama institucional mientras Podemos -principales destructores de esta candidatura- entra con dos concejal@s nutrid@s únicamente de la repercusión que tienen a nivel estatal.

Creo que es una buena oportunidad para que la izquierda vuelva a replantearse las prioridades, el terreno institucional nunca nos ha favorecido, es hora de que todos los sectores pongan su fuerza en la movilización desde abajo.