viernes, 16 de marzo de 2018

15 marzo de luto en Lavapies-Madrid

Por Acacio Puig


Ayer falleció a falta de primeros auxilios un compañero mantero durante la prolongada huída desde Sol a Lavapiés de la carga-caza y captura del africano por las fuerzas de seguridad en Madrid.

Las fuerzas de seguridad (decíamos que “no del estado” sino del Gobierno en reciente artículo publicado junto a Antea Izquierdo, dignísima concejala del Ayuntamiento de Burgos) impidieron la atención voluntaria de una joven enfermera que pasaba por allí y quiso prestar primeros auxilios mientras se esperaba al SAMUR. ¿Qué temían las fuerzas de desorden público?
Cuando apareció la ambulancia, el joven de 34 años había fallecido por parada cardíaca.
De nuevo IMPUNIDAD.

Y es esa impunidad que vuelvo a denunciar -porque sería deshonesto no hacerlo- la que obliga a enfatizar la crítica a las malas artes que en Burgos han desencadenado las tensiones y ¿fractura? en IMAGINA.

Para unos la defensa de la idea de a igual trabajo (represivo) igual salario, es determinante. Para muchos otros, esa descontextualización de los privilegios salariales de todas las fuerzas de seguridad respecto al común de trabajadorxs, es hipocresía que busca extraños réditos electorales y sobre todo, cultivar la imagen de “honorabilidad y prudencia” de las llamadas gentes de orden.

Para unos se trata de subrayar principios generales solo cuando interesa (¿no son prioritarias las brechas salariales de género o las brechas entre pensiones y pensiones de la clase política?). Para los mismos se trata de hablar de memorialismo e historia solo cuando toca, cuando es políticamente correcto y hay foto.


Para quien esto escribe y muchxs otrxs compañerxs, no hay problemáticas salariales fuera de sus contextos y como explicábamos en el artículo citado más arriba y publicado por burgosdijital, la limpieza democrática exige desembarazarse de la protección a la IMPUNIDAD que brinda la Ley Mordaza y la asunción de responsabilidades por los crímenes cometidos durante el franquismo por los aparatos represivos.

Fueron crímenes que “legalmente” borró una Ley de Amnistía impuesta bajo ruido de sables por los ancestros inmediatos de la canalla que sigue hablando hoy de “no abrir viejas heridas” o que aprovecha los homenajes a las víctimas del 15 M (como hizo en Madrid la señora Pedraza, presidenta de la Asociación de Victimas del Terrorismo) para criminalizar gratuitamente a Arnaldo Otegui mientras olvida el brutal saldo de crímenes impunes cometidos por el franquismo y el neofranquismo.

El último de esos crímenes, cometido por salvaje obstrucción de primeros auxilios a un emigrante en huída, tuvo lugar ayer en Lavapiés-Madrid.

La noche de barricadas en el barrio madrileño, que intentan falsear los medios y comunicados oficiales, nos lleva a vindicar aquella frase del Movimiento 15 M:
¡No somos antisistema, es el sistema el que es anti-nosotrxs!

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